Las Tutorías: Sus Desafíos en el Sistema Educativo Nacional
Mtra. María Elena Vélez
PRIMAVERA 2016
Obra protegida por Derechos de Autor ©
I
El tutor es un actor escolar de larga data en las instituciones de educación superior, europeas y Estados Unidos de Norteamérica. En nuestro país, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es pionera en la designación de tutores, particularmente, en los estudios de posgrado; entre sus funciones estuvo el acompañamiento del tutorado hasta la obtención del grado correspondiente; la dirección de tesis, de proyectos de investigación, áreas de especialización, de selección de áreas tecnológicas o científicas especializadas, de publicación de artículos, entre otras. La actividad eminentemente académica, la del saber, lo cognitivo, fueron su objetivo, hasta hace pocos años.
Acompañar, asesorar, orientar, dirigir, enseñar, son algunas de las acciones con que suelen referirse las tutorías. Si bien pueden leerse como sinónimos, la función tutorial ha ido definiendo su propia especificidad, particularmente, cuando su acción eminentemente académica, ha debido incorporar otras áreas de atención y otros retos en los últimos años.
El contexto en que aparecen los Planes Institucionales de Tutorías (PIT) en las instituciones de educación superior (IES) acusa algunas regularidades en nuestro sistema educativo. Es en las dos últimas décadas del siglo pasado, nuevamente en la UNAM, donde las tutorías son incorporadas a los estudios de licenciatura. Es una estrategia que busca atender a los estudiantes de nuevo ingreso, su permanencia y la conclusión exitosa de sus estudios, dados los crecientes fenómenos de rezago, deserción y baja eficiencia terminal, que refieren los nuevos grupos escolares que incursionan en las IES.
Este fenómeno refiere particularmente a los estudiantes de nuevo ingreso. El tránsito de los estudiantes de un nivel escolar a otro puede ser de continuidad en su trayectoria escolar, pero también encontramos (y de manera recurrente) una ruptura en incontables trayectorias escolares. Las tutorías fueron incorporadas en diversas universidades -y en la EMS a partir de la reforma en 2008 (REIMS)- para encarar este fenómeno. La trascendencia de las tutorías se fue perfilando a partir de los buenos resultados que se obtuvieron en estos programas y si bien este fenómeno no ha desaparecido, sí se verificó una importante adscripción y permanencia de estos estudiantes.
Una de las características de las tutorías es considerarse como una acción educativa de carácter personal o en reducidos grupos. Situar al estudiante en el centro de la acción educativa fue una de las principales premisas que fundamentaron las tutorías. El tutor orienta, canaliza, acompaña, enseña, aconseja al tutorado desde su incorporación a la universidad y/o al bachillerato. Tiene diversos ámbitos de intervención. Por ejemplo, en el área académica se identifican a los estudiantes que deben ser apoyados en sus conocimientos disciplinarios -materias específicas- o bien en hábitos de estudio y formas de trabajo. Las modalidades de intervención pueden ser preventivas o remediales. Una vez determinada el área de atención, pueden ser canalizados a otras instancias escolares para su atención: cursos de regularización, talleres de estudio, orientación, socioculturales, entre otros.
Pero las tutorías responden a una más amplia gama de objetivos y no se circunscribe a los estudiantes de nuevo ingreso. Los planes institucionales de tutorías consideran, en general, acompañar al estudiante a lo largo de su trayectoria escolar con diversos objetivos que confluyen para incrementar los índices de aprovechamiento escolar, de eficiencia terminal y de titulación; todo ello coadyuva en la reducción de las cifras de rezago y enfrentan de manera más certera la grave deserción que se presenta en estos niveles escolares. Asimismo, contemplan una serie de acciones que van más allá de lo académico y que en ocasiones resultan tanto o más acuciantes. Se trata de ámbitos de intervención tan diversos como el psicosocial, psicopedagógico, sociocultural, familiar, personal, económico, profesional, vocacional. En niveles escolares como el bachillerato o la secundaria, las tutorías tienen en estas áreas de intervención su mayor atención.
II
El sistema educativo nacional atendió por décadas la educación impartida en nuestro país con su connotación de pública, laica y gratuita. Fue una educación de calidad y cumplió muchos de sus fines y funciones durante varias décadas, dejando un importante legado en nuestra tradición educativa. Sin embargo, en los últimos años se fueron evidenciando sus propias limitaciones.
Desde los años ochenta los especialistas y estudiosos se pronuncian ante la baja calidad de la educación impartida y los magros logros escolares que refieren los estudiantes, de todos los niveles escolares. “Zona de desastre”; “Catástrofe Silenciosa”; “México, país de reprobados”, son algunas de las denominaciones que refiere el sistema educativo nacional.
Un importante número de estudiantes refiere un escaso desarrollo en sus habilidades básicas de lecto-escritura y matemáticas, e insuficientes conocimientos disciplinarios. En cada nuevo ciclo escolar, los maestros refieren reiteradamente que sus alumnos no portan los conocimientos de los ciclos anteriores, esto es, cuando el estudiante incursiona en secundaria, en bachillerato e incluso a la universidad, las instituciones educativas se han visto obligadas a instaurar una serie de apoyos como cursos y talleres -y actualmente las tutorías- para encarar este fenómeno que se presenta en todos los niveles escolares.
La sobrevaloración de la eficiencia terminal tiene un significado socialmente aceptado: aprobar es aprender. Y en sentido estricto así debería ser. ¿Qué pasa con el alumno cuando ingresa al siguiente nivel escolar? La pregunta no es ociosa. Me he abocado a este fenómeno a partir de específicas temáticas: la vida en las aulas, las reformas educativas, las trayectorias escolares, el sistema educativo nacional, el divorcio escuela-vida que viven las nuevas generaciones. He encontrado algunas explicaciones que pueden abonar a esta reflexión y su debate. Los estudiantes están transitando de un nivel escolar a otro sin que hayan adquirido los conocimientos y habilidades cognitivas básicas del ciclo correspondiente y, sin embargo, han sido aprobados y certificados. En otras palabras, no se empatan los conocimientos ni refieren pertinencia las habilidades cognitivas, con los grados cursados y aprobados. No se está demandando que se repruebe o apruebe, sin más. No. Se está señalando que es el contexto del mismo sistema educativo nacional donde deben explicarse estos resultados.
III
Evidentemente, la educación, como todo fenómeno social, también está sujeto a diversas transformaciones -no se restringe a nuestro país, se manifiesta con diversas modalidades en otros países- que para efectos de esta reflexión vale la pena dimensionar, como parte de las premisas que, en mi opinión, sustentan la aparición de las tutorías.
El fenómeno educativo se ha visto complejizado a partir de la incorporación de nuevos paradigmas pedagógicos que están implicado una reconfiguración del estudiante y del profesor y, por lo tanto, del propio proceso de enseñanza-aprendizaje. Algunos de los conceptos que se han introducido están trastocando los históricos conceptos de enseñanza, aprendizaje yconocimiento al considerar nuevas conceptualizaciones como: educación integral; autoaprendizaje; aprendizaje permanente y autodirigido; conocimientos significativos; competencias; estrategias de enseñanza, de aprendizaje, entre otros. Las tutorías se han visto obligadas a responder a estas nuevas exigencias cognitivas y tienen en ellas, uno de sus mayores desafíos.
IV
Han aparecido diversos fenómenos que de una u otra manera están incidiendo en las nuevas generaciones y los resultados escolares que obtienen; algunos son eminentemente escolares y otros son extraescolares, pero igualmente determinantes. Las tutorías deben considerar, asimismo, quiénes son sus estudiantes en tanto sujetos históricos determinados por sus circunstancias familiares, sociales, culturales, económicas; esto es, por sus circunstancias generacionales. Diversos estudios señalan que las nuevas generaciones enfrentan más retos y dilemas que las generaciones anteriores. Instituciones sociales que históricamente habían cumplido la función educadora, particularmente, la familia, han ido delegando o desdibujando su papel. Importa destacar en el entramado de la realidad de nuestros estudiantes, las transformaciones que refieren la familia y su relación con la escuela: mientras la familia ha ido desdibujando su función educadora de las nuevas generaciones, la escuela ha debido crecer y agregar nuevas y más complejas responsabilidades. Es en este contexto en que las tutorías parecen tener una de sus premisas fundamentales y también uno de sus mayores desafíos.
Otra arista de estas condiciones generacionales de nuestros estudiantes es que después de sortear los retos de una formación profesional se enfrentan al hecho de que, una vez concluidos sus estudios, simplemente, no hay empleo. Su futuro es incierto pues la educación no necesariamente está asegurando ni empleo ni mejores condiciones de vida, como antaño lo fue para sus padres. Un estudio reciente sobre el desempleo en nuestro país, señala que el alto porcentaje de desocupados son jóvenes y, entre estos, los que tienen estudios profesionales. Los jóvenes -en general- y los estudiantes -en particular- viven una falta de certezas tanto de su presente como de su fututo. El desencanto, la frustración, la incertidumbre, es parte de sus condiciones generacionales, no solamente en nuestro país, es un fenómeno mundial. Esto no desconoce que históricamente la educación, su acceso y sus resultados, están señalados por condiciones económicas, sociales, culturales, familiares, de género, étnicas. Estas condiciones siguen siendo absolutamente vigentes en los resultados escolares que obtienen nuestros estudiantes.
V
La dimensión de las acciones educativas que deben estructurarse para incorporar las tutorías en cualquier institución escolar, como puede comprenderse, deben ser cuidadosamente planeadas, organizadas, dirigidas y evaluadas. Los PIT deben ser el resultado de la sistematización de actores, funciones, instancias, dependencias, recursos humanos y materiales de diversa índole, entre otros. Su diseño parte de un conjunto de lineamientos generales que deben ser considerados al amparo de una fundamentación teórica: contexto, justificación, principios, características, temporalidad, objetivos. Sus acciones se encuentran enmarcadas en una metodología: qué, cómo, cuándo, a quién, dónde, quién. Definen, asimismo, las figuras que intervienen en la tutoría, sus funciones y perfil profesional. Acciones, actores, recursos, instancias, registros, informes, se entiende que deben ser organizados a partir de una estructuración vertical y horizontal -organigrama- donde se definen áreas de responsabilidad, líneas de comunicación, de dirección, y los parámetros de evaluación. En síntesis, los planes institucionales de tutorías deberán expresar o ser el resultado de acciones educativas sistematizadas vertidas en objetivos y acciones planeadas, que respondan a las condiciones específicas de cada institución educativa.
V
Se ha tratado de delinear algunas variables del contexto en que las tutorías están siendo introducidas en nuestro sistema educativo, institucionalmente.
Las tutorías han abierto un reto para las instituciones educativas, dada la complejidad en su diseño y, particularmente, en su implementación, atendiendo las características y necesidades de cada plantel. Sin embargo, según mi experiencia, la mayor dificultad se encuentra en su concreción en específicas acciones tutoriales. Cómo partir de lo declarativo, el PIT y construir el camino que lo lleve a acciones concretas, el Plan de Acción Tutorial (PAT), es un desafío.
Particular importancia tiene el que se asuma en el colectivo escolar que un programa de tutorías refiere un proceso; que sus objetivos y resultados deben ser constantemente revisados y reformulados, y que ningún programa, reforma, normatividad, ni política educativa podrá concretarse, como la experiencia muestra, si los actores no están convencidos y capacitados.
MTRA. MA ELENA VÉLEZ ROMO
Las tutorías en las IES y en Educación Media Superior, es un área de especialización a la que me he abocado en los últimos diez años. Los programas se erigen sobre los siguientes ejes rectores:
1. El análisis y comprensión de los Planes Institucionales de Tutorías (PIT) como una estrategia para elevar el rendimiento escolar de los estudiantes y reducir la deserción y el rezago.
2. El Tutor como nuevo actor escolar: profesionalización, perfil profesional, diseño de su Plan de Acción Tutorial.
3. El Plan de Acción Tutorial: concreción del PIT atendiendo la especificidad de cada institución.
Cursos y conferencias impartidos, en LA UNAM (FES Cuautitlán e Iztacala), en el Instituto de Investigaciones en Humanidades (UABJO)
LA TRASCENDENCIA DE LAS TUTORÍAS (CURSO)
LAS TUTORÍAS: UNA ESTRATEGIA PARA ENRIQUECER EL PROYECTO EDUCATIVO (CURSO)
DEL PLAN INSTITUCIONAL DE TUTORÍAS AL PLAN DE ACCIÓN TUTORIAL. (CURSO)